“Esto el lo que ocurre con el plan de saneamiento en el fútbol. Nosotros queríamos continuar el partido, meter más goles, pero esto no ha sido posible.” Estas frases, en las declaraciones del director de Comunicación del Olympiacós, Sr. Costas Carapapás, cuando el derbi de la Leyenda con el Panathinaikos en el OAKA se había suspendido definitivamente, describen el planteamiento de campeón con el que el Olympiacós afrontó el partido.
Ni el ataque SIN PRECEDENTES de hooligans del Panathinaikos en los primeros 5 minutos del partido al banquillo de nuestro equipo, ¡en el que apareció hasta un CUCHILLO! y en el que el preparador físico Jristos Murikis fue golpeado, ni tampoco la constante amenaza de nuevos enfrentamientos (en cualquier momento parecía que podía estallar un nuevo altercado en el área donde estaban situados los fanáticos del equipo de casa), nada de esto frenó al Olympiacós, que acudió al OAKA a jugar al fútbol y ganar. Y lo hizo, hasta el momento en que los aficionados del Panathinaikos decidieron enfrentarse a la policía, la cual hizo uso de gases lacrimógenos y sustancias químicas que hicieron asfixiante la atmósfera del OAKA. En consecuencia, el colegiado Frits decidió la suspensión definitiva del partido por la falta de condiciones de seguridad para la disputa del encuentro.
Olympiacos (Pedro Martins): Sa, Elabdellaoui, Meriah, Cisse, Koutris, Guilherme, Bouchalakis, Masouras, Podence, Fortounis, Guerrero.