Cuando un niño sonríe, hay esperanza. Y el viernes 1 de abril (Día de los Inocentes en Grecia) no fue una broma que muchos niños refugiados sonrieran en el puerto de El Pireo. Allí donde siguen alojándose temporalmente con sus padres. Allí, en la Puerta E2, el “almacén de piedra” y la E3, que se han convertido en su “casa”.
¿Por cuánto tiempo? Se verá. Pero lo que está claro es que allí a su lado estará el Olympiacós por el tiempo necesario. El mayor club del país sigue estando al lado de estas personas que están necesitadas. Comenzó el 4 de marzo y continúa haciéndolo.
Durante unas dos horas, la delegación de cariño de la Leyenda, encabezada por el consejero delegado de Karaiskakis SA, Sr. Vasilis Vasiliadis y los voluntarios de nuestro club, repartieron productos que hacen más llevadera la rutina diaria de pequeños y grandes. Esta vez, el Sr. Vasiliadis y sus colaboradores tuvieron unos ayudantes de lujo. Después de Roberto, Domínguez, Hernani y Sebá, otros siete futbolistas se dieron cita con los refugiados.
Allí estaban Fortunis, Cambiasso, Milivojevic, Kapino, Kasami, Bujalakis y Mazuaku y el mánager del equipo, Kiriacos Durecas, además del director de Comunicación del club, Costas Carapapás.
Los futbolistas desempeñaron un papel activo en este “partido de humanidad” ya que repartieron durante un buen rato abrigos, jerséis, toallas, balones, zapatos, gorros, ropa interior, jabón, fruta etc. Unos 6.000 productos fueron repartidos por los jugadores y el resto de los voluntarios del Olympiacós a los pequeños niños refugiados y a sus padres.
Ni el calor –que ya ha comenzado a hacer− ni el tórrido sol reinante pudo impedir que los jugadores del Olympiacós se dieran cita allí. Y lo hicieron con gran alegría. Fueron patentes las muchas sonrisas que recibieron, y claro está, las de los pequeños niños refugiados merecen todos los esfuerzos y el dinero del mundo. Después de la repartición que hicieron, se animaron también a jugar con ellos un poco al balón, les dieron apretones de manos, abrazos, les preguntaron cómo están, se interesaron por cómo les va. De veras, no por cumplir con un trámite.
Kasami, por su parte, tenía con él a un joven admirador en el momento en que hacía declaraciones. Y le dio además un regalo. ¿Cómo podía decirle que no? El pequeño le estuvo todo el rato mirando a los ojos mientras el centrocampista internacional hablaba con los medios de comunicación, dándole continuamente las gracias por haber venido él y sus compañeros para estar con ellos. También estaba Cambiasso allí, chocando las 5 con los pequeños futbolistas.
Visiblemente conmovido y afectado por el drama que viven los refugiados, Pajtim Kasami, declaró: “Es tremendamente duro lo que está sucediendo. Es la primera vez que vengo aquí a ver de cerca los refugiados. Es duro ver de cerca qué les está pasando realmente a estas personas. Estamos en 2016 y estas cosas, por desgracia, todavía suceden. Estoy agradecido de que mi equipo, el Olympiacós, ayude a todos estos refugiados. Ahora hace bueno, los niños sonríen, pero imagínense lo que sucedía unos días antes. Cuando hacía frío y los niños seguro que estaban llorando y pasándolo realmente mal. Es importante todo lo que está haciendo aquí el Olympiacós. Se merece un gran respeto. Estos niños antes estaban pasándolo muy mal y lloraban. Simplemente, imagínenselo. Una pelota, un juguete les hace sonreír. Como personas, debemos estar agradecidos de tener todo lo que tenemos. Se merecen algo mejor para el futuro.”
Esteban Cambiasso dijo: “La situación es terrible. Se trata de una situación muy complicada y por suerte, hay gente que está dispuesta a ayudar, como el Presidente de nuestro club, el Sr. Marinakis. Seguro que hay más gente que está ayudando para que la realidad de estas personas sea un poco menos dura.”
Costas Fortunis por su parte, señaló: “Todos nosotros estamos sensibilizados y por eso nosotros, en el Olympiacós, queremos ayudar en esta situación. Ayudar con todo lo que se pueda, ya sea con comida o ropa, que les hace tanta falta a estos niños.”
También a Andreas Bujalakis le impactó el sufrimiento de los refugiados y especialmente, los niños pequeños que son los más sensibles a las calamidades. Hablando a los medios, apuntó: “Por un lado, estamos muy contentos por haber tenido la oportunidad a través del Olympiacós y el deseo de nuestro presidente de ayudar en todo lo posible y por otra parte, nos amargan las penalidades que están viviendo estas personas. Deseamos que suceda lo mejor posible, del modo más rápido posible, para estos niños y los refugiados mayores que han tenido que escapar de su país de esta manera. Podemos tener nuestra cabeza en otro sitio cuando tenemos entrenamiento o partido, pero está claro que esta situación nos afecta a todos. Estaría bien que cada uno por su parte −el que pueda−, aporte su granito de arena en los esfuerzos que se realizan para ayudar a que estas personas salgan del atolladero.”
Por su parte, Stéfano Kapino, destacó: “Es la primera vez que vengo. Es algo lamentable para todos, para la humanidad en general, que existan estas situaciones. Asumiendo esto, nuestro presidente, Sr. Marinakis y el Olympiacós, ayudan a los refugiados y a toda la gente necesitada, independientepente de la nacionalidad, para conseguir que salgan adelante. Ayudamos a los niños pero también a los mayores a que puedan vestirse y les aportamos otros artículos. Esperamos que estos niños salgan adelante en algún momento y que digan que el Olympiacós les ayudó.”
Arthur Mazuaku, subrayó: “El Olympiacós es un gran club, con gran corazón. Me quito el sombrero ante nuestro presidente, Sr. Marinakis, porque ayuda a toda la gente, independientemente de dónde sea. Es una gran alegría para nosotros participar en tales actividades y como no, es algo muy positivo para el club y su imagen.”
El director de Comunicación del Olympiacós, Costas Carapapás, apuntó: “Desde el primer día, el Olympiacós está aquí apoyando diariamente a los refugiados que están atravesando una situación muy difícil. Hemos repartido ya más de 70.000 raciones de comida y el doble de prendas de vestir y otros artículos. Por nuestra parte, no nos planteamos dejar de realizar estos esfuerzos, dado que nuestro presidente, el Sr. Vangelis Marinakis, nos ha pedido desde el primer momento que estemos aquí y ayudemos por cuanto haga falta. De la misma manera que ayudamos los 365 días del año a cuantas personas estén necesitadas. El Sr. Marinakis ha pedido que el club devuelva a la sociedad el inmenso cariño que la gente le profesa.
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