En este encuentro en el campo Apóstolos Nicolaidis, el Olympiacós aspiraba a asegurarse el título en la Super League, pero las escenas de violencia que se vivieron hasta el final no le permitieron hacer nada. Nuestro equipo no pudo llevarse un resultado positivo y fue derrotado por 2-1, siendo agredido por numerosas bengalas.
Los primeros 45 minutos finalizaron con empate a cero, habiendo tenido el Olympiacós una fácil primera parte.
Antes de empezar la segunda parte, mientras los dos equipos salían al terreno de juego, los seguidores del Panathinaikós lanzaron otra bengala más a los jugadores y el personal del Olympiacós. Esta en concreto estaba dirigida hacia el banquillo y dio en el brazo de Pajtim Kasami.
La suerte se giró de espaldas a nuestro equipo porque inmediatamente después de la fenomenal oportunidad de la Leyenda para marcar, los de casa se adelantaron en el marcador con un autogol de Mazuaku. Más adelante, un error puntual en defensa dio la oportunidad al Panathinaikós para meter el segundo gol.
Nuestros jugadores no pudieron ni siquiera celebrar el gol del Chory en el descuento puesto que volvió a caer de nuevo una lluvia de bengalas. Luego el partido terminó. Un partido que no debería ni siquiera haber comenzado.