A pesar de estar por detrás en el marcador desde muy pronto, el Olympiacos hizo patente en Livadiá qué significa ser un campeón.
El partido comenzó con los peores augurios para nuestro equipo, que fue de repente cogido por sorpresa por el rápido gol del Levadiakós. En la segunda parte, ya desde los primeros minutos, el Olympiacos mostró sus intenciones ofensivas de nuevo para marcar un gol de inmediato que equilibrara el partido.
El talento de Afellay en combinación con la calidad que atesora, hicieron posible que se materializara el empate con el 1-1 en el minuto 75.
El holandés marcó la diferencia para el Olympiacos y fue el que lo condujo a dar la vuelta al marcador con el segundo gol para nuestro equipo en el tiempo añadido, transformado por Mítroglu.