Míchel alineó al Olympiacos con un 4-2-3-1. Balázs Megyeri estaba bajo los palos. En defensa, de derecha a izquierda jugaban Leandro Salino, Costas Manolás, Iván Marcano, y José Jolevas. En el eje central, Michel colocó a dos mediocentros, Delvin N’Dinga y Yannis Maniatis. En las bandas, estaban David Fuster por la izquierda y Joel Campbell por la derecha. El “Chori” Domínguez se situaba de mediapunta por detrás del único delantero nato, Nelson Haedo Valdez.
Nuestra Leyenda no tardó en transformar su superioridad en gol. Ya en el 8, David Fuster, como resultado de la sensacional presión ejercida por nuestro equipo, se adueñó del balón por la izquierda, levantó la cabeza, vio el desmarque del “Chori” en el área grande y centró hacia allí. El “Chori” remató en movimiento y batió a Glicós marcando el 1-0 de bella factura en medio de una ovación. El ritmo de nuestro equipo era arrollador y tan solo dos minutos después llegó el 2-0. De nuevo tras una fenomenal presión y robo de pelota en un punto clave, Salino hizo una brillante jugada, dando una asistencia a David Fuster, que llegaba dentro del área. El español disparó con templanza y acierto, mandando la pelota al fondo de las mallas de Glicós, quien solo pudo dejarse caer en el ángulo contrario.
En el 31, en la única oportunidad del PAOK, les sonrió la suerte a los visitantes logrando reducir el marcador, por mediación de Athanasiadis, que hizo de remate cercano el 2-1.
Los visitantes se quedaron en el 35 con 10 jugadores por expulsión de Miroslav Stoch a causa de un empujón antideportivo a Valdez por detrás. El 2-1 se mantuvo hasta el final, permitiendo a nuestro equipo afrontar el partido de vuelta en el estadio de Tumba el Miércoles Santo disfruntando de ventaja de cara a la clasificación.
OLYMPIACOS: Megyeri, Salino, Manolás, Marcano, Jolevas, N’Dinga (46 Sámaris), Maniatis (67 Pérez), Campbell, Fuster (78 Saviola), Domínguez, Valdez.
